El riego en el césped es una de las partes fundamentales a la hora de su cuidado, pero conocer cómo realizarlo correctamente es muy importante
El riego en el césped además de una adecuada fertilización y de una siega correcta es fundamental para el correcto desarrollo de la planta. Siempre es un tema en el que nos surgen las dudas por cantidad de agua y periodicidad de hacerlo.
Son muchos los beneficios que aporta un correcto riego al césped, como son elasticidad y turgencia, además de ayudarle a afrontar otros factores externos como son el uso que se hace de él, deportivo, público, privado, el pisoteo, o factores ambientales.
Un excesivo riego puede perjudicar seriamente al césped, provocando un suelo compacto y endurecido, impidiendo el crecimiento adecuado de las raíces del césped y de una aireación adecuada, además elimina los nutrientes que tiene el suelo y los que le aportamos y puede favorecer la aparición de hongos.
Una falta de riego se hace visible en el césped porque simplemente al pisarlo se quedan marcadas las huellas, su crecimiento se hace más lento y se torna de un color amarillento.
Observando el césped podremos saber si tiene un riego adecuado o no. Si nuestro césped presenta un color verde interno y está tierno, nos indica que está bien regado, en caso de estar pálido y tierno tiene un exceso de agua y si tiene poco riego tendrá una tonalidad apagada y estará quebradizo.
Si la sequía se prolongase en el tiempo el césped se tornaría de un color verde grisáceo y acabaría por marchitarse.
No se puede regar todo el césped por igual, dependiendo de la tierra que tenga nuestro jardín el riego podrá variar. En caso de que la tierra sea arenosa debemos regar más abundantemente, y por el contrario si es menor, si la tierra es arcillosa y compacta, y en zonas sombrías.
Un riego superficial y frecuente puede llegar a debilitar el césped, y uno profundo y espaciado aumenta la resistencia en el césped.
Podremos saber el grado de humedad de la tierra del jardín de una forma muy sencilla, tan sólo pincharemos la tierra con un palo, si éste se hunde fácilmente es que la tierra está demasiado húmeda, si se hunde con dificultad será que el terreno se encuentra muy seco, lo recomendado es que el palo se hunda con normalidad.
Siempre hay que tener en cuenta la zona dónde habitamos, ya que si el clima es lluvioso necesitará menos agua, lo mismo ocurre si está en zonas sombrías, el tiempo está frío o está recién cortado.
El riego en el césped dependerá del tipo de semillas de césped que tengamos plantado en el jardín.
La mejor hora de regar el césped es por la mañana temprano, al atardecer o de noche, y debe realizarse de una forma lenta y a modo de lluvia para que penetre perfectamente en todo el terreno. En caso de que la tierra está húmeda esperaremos a regar para evitar encharcamientos.
El riego en el césped puede realizarse de dos formas, la más aconsejable es el riego automático, ya que podrás programar las horas del día en que realizar el riego y la duración del mismo, además del ahorro de agua que eso supone, se riega todo el jardín por igual y evitamos que se produzcan encharcamiento.
La otra forma es la manual mediante manguera, aunque ésta tiene muchos inconvenientes como son el tiempo que nos lleva el regar, no se realice riego uniforme y dependiendo de la vida de cada no poder hacerlo en las horas del día más indicadas.
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