A la hora de abonar el césped se suelen cometer ciertos errores, identificar cuáles son nos ayudarán a conseguir un jardín en perfecto estado
Cuando nos ponemos con la tarea de abonar el jardín se suelen cometer algunos errores, entre ellos, sólo hacerlo cuando vemos que el césped natural comienza a amarillear o baja su densidad. Lo primero es que debe hacerse de manera habitual, ya que precisa de los nutrientes necesarios para su correcto crecimiento.
Aplicar el abono sólo cuando nos acordamos, o cuando comienza a presentar problemas no sirve de nada, o de casi nada. Lo mejor es tener un plan de abonado anual, se deberá tener en cuenta la variedad del césped, las características del suelo, etc.
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En la mayoría de los casos sólo se realiza un plan de abonado en lugares de alta exigencia. En jardines de uso particular, habitualmente se abona sólo cuando comienza a presentar deficiencias, y en la mayoría de los casos ya es demasiado tarde.
Conocer los errores que habitualmente cometemos a la hora de abonar el césped natural nos ayudará a prevenirlos y mejorar el aspecto de nuestro jardín. Estos son:
1. Utilización de abonos no equilibrados
Las necesidades de cada planta son diferentes, por lo que el fertilizante universal no existe. Las gramíneas precisan de nitrógeno (N), fosfórico (P2O5) y potasa (K2O) en una equilibrada proporción de 2-1-2. Esta medida nos servirá de orientación a la hora de elegir el mejor abono.
La proporción debe ser equilibrada para evitar provocar graves daños a la planta o por otro lado no proporcionarle ningún beneficio. Si utilizamos abonos desequilibrados o fertilizantes no específicos, el césped natural sufre sus consecuencias, tales como:
- Pérdida de coloración
- Reverdecimiento inmediato que lo pierde en poco tiempo
- Aumenta la frecuencia del corte
- Quemaduras en el césped natural
- Los nutrientes que aplicamos no llegan a absorberse de manera correcta
2. Utilizar sólo abonos puramente químicos, sin materia orgánica ni oligoelementos esenciales
A través de la materia orgánica que las mismas plantas reintegran al suelo (partes de la planta que junto con las raíces se descomponen) y de los fertilizantes que aportamos, el césped natural consigue sus nutrientes necesarios.
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A través de las raíces, las plantas extraen los nutrientes que necesitan para su correcto desarrollo. Es necesario un suelo rico y equilibrado para su correcto crecimiento. Debido al paso del tiempo y a las lluvias van empobreciendo el suelo día a día, hasta que al final se quedan sin nutrientes.
La descomposición de los restos que genera la misma planta es un aporte nutritivo, aunque no llega a ser suficiente. Por eso un aporte extra de nitrógeno, fósforo y potasa junto con otros elementos como calcio, magnesio o hierro le proporcionan la vitalidad necesaria.
En el caso del magnesio es clave a la hora de las enzimas del crecimiento y de la clorofila de la planta. El azufre actúa como reverdecedor y fungicida. Estos dos elementos con un 2% del primero y un 15% del segundo son imprescindible.
Es necesario que evitemos cometer errores a la hora de abonar el césped natural, si queremos conseguir un jardín en perfecto estado durante todo el año
Con un aporte extra de materia orgánica conseguimos un menor consumo de agua, aporta un 5% de nitrógeno de liberación lenta, favorece la descomposición de restos vegetales y mejora la estructura de los suelos en arenosos y arcillosos.
3. Una distribución no uniforme a la hora de abonar el césped natural
La distribución del fertilizante debe realizarse de la manera más uniforme posible. La manera más eficaz es dividir el jardín en pequeñas parcelitas del mismo tamaño. Para jardines de grandes dimensiones se utilizan máquinas distribuidoras que facilitan este trabajo, realizándolo de una manera eficiente.
En el modo manual repartiendo el jardín en parcelitas, se esparce la misma cantidad de abono en cada una de ellas. Cuánto más fraccionado esté el jardín más fácil nos resultará aplicar el fertilizante. Y evitaremos dejar alguna zona sin abonar.
Si el abono es sólido, como son las bolitas, la dosis viene dada por gr/m2, y en líquidos es por hectáreas. Nuestra recomendación es la utilización de abonos sólidos, son más prácticos por su durabilidad y por su forma de aplicarlos.
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Para aplicar el fertilizante debemos tener en cuenta:
- Aplicar el abono después de haber segado uno o dos días
- El abono debe seco y en caso de utilizar abonadora también
- Los utensilios utilizados al igual que la abonadora deben limpiarse después de cada uso
- Se debe regar después de su aplicación y los días siguientes
- Se debe guardar en lugar seco y fresco
- No abonar en caso de que haya viento
- Evitar el contacto con la piel
- Seguir las indicaciones del fabricante
4. Nos acordamos de abonar cuando vemos feo el césped natural
Aunque el abono es conveniente aplicarlo de manera mensual, hay dos momentos cruciales en el año, que son la primavera y el otoño, no realizar al menos este abonado sería uno de estos errores a evitar.
Aplicar el abono de manera regular es fundamental, y en ocasiones lo pasamos por alto, y sólo lo realizamos cuando vemos que comienza a amarillear o a presentar serios problemas. Abonar en con temperaturas excesivamente elevadas o por el contrario muy bajas, tampoco es recomendable.
Abonar consiste en aportar al césped natural de todos los nutrientes que necesita para su correcto desarrollo. Por eso es de vital importancia mantener un buen tratamiento de fertilizante.
5. No regar suficiente después del abonado
Otros de los errores que solemos cometer es no regar y es importante que después de abonar el césped natural reciba abundante agua. Podemos aprovechar un momento en el que vayan a producirse lluvias o bien mediante riego manual. Con ello garantizamos una correcta integración del abono en la tierra, que no se produzcan quemaduras y un aprovechamiento del abono más uniforme.
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Tampoco debemos excedernos con el riego, porque lavaríamos el terreno y no habría surtido ningún efecto el abono aplicado.
6. No realizar un análisis del suelo
El análisis del suelo se realiza habitualmente en jardines de grandes dimensiones o de alto rendimiento. Aunque no se realiza normalmente en jardines de uso privado, es una particularidad a tener en cuenta.
Existen tres parámetros, variables, invariables y muy variables.
Los invariables se trata de la textura (fino, grueso, arcilloso,..), en el pH del suelo (alcalino, ácido o neutro).
Los variables se dividen en cuatro, materia orgánica, cuánta más haya mejor. La conductividad eléctrica, si es elevada será más fértil. Fósforo, se requiere para su correcto crecimiento y el potasio, para un buen desarrollo.
Y con los parámetros muy variables se mide el nitrógeno, éste puede variar mes a mes.
Si llevamos a cabo realizar la tarea del abonado correctamente y evitar estos 6 errores, conseguiremos un jardín en perfecto estado durante más tiempo.
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