La semilla de Buchloe Dactyloides es apta para climas cálidos de bajo mantenimiento, no precisa cuidados especiales
La semilla de Buchloe Dactyloides está indicada para climas cálidos, al contrario que otras especies de este tipo de clima. Su hoja es bastante fina, tan sólo de 2-3 mm, creando un manto de césped.
La tonalidad de su hoja es de color verde-azulado, su reproducción es mediante semillas presentando espolones. En el borde del limbo se aprecian unos pelos largos, sin aurículas y con lígula pilosa.
La semilla de Buchloe Dactyloides tiene unas características determinadas, las cuales son:
- Requiere de suelos alcalinos, aunque es fácilmente adaptable a cualquier tipo de suelos.
- Como buena semilla de clima cálido se adapta perfectamente a momentos de sequía e incluso en condiciones más extremas de aridez, por lo que hace a la semilla de Buchloe Dactyloides apta para zonas subtropicales, semiráidas y regiones templadas.
- No es aconsejable plantar este tipo de semilla en zonas dónde prevalece la sombra.
Las ventajas que presenta la semilla de Buchloe Dactyloides es su bajo mantenimiento, las siegas que hay que realizar son muy pocas a lo largo del año y no requiere fertilizantes.
Como ventaja destacable su gran resistencia a enfermedades y plagas de insectos.
Debido a estas características que presenta la semilla de Buchloe Dactyloides es habitual contemplarla en grandes extensiones de zonas cálidas con bajo mantenimiento.
Este tipo de semilla está muy extendida por todo el sur de EE.UU, en Europa se va implantando poco a poco incluso en los países meridionales.
El tiempo que tarda en germinar el tipo de semilla de Buchloe Dactyloides es de dos a tres semanas.
Al igual que el resto de semillas, a la hora de realizar la siembra requiere que se riegue varias veces al día, de forma suave sin encharcar.
A la hora de sembrar se realiza igual que cualquier otro tipo de semillas de clima cálido, no obstante recordaremos brevemente los pasos que se han de realizar para realizar la siembra de manera correcta:
Las malas hierbas que presenta nuestro jardín han de eliminarse. Alrededor de dos semanas antes de realizar la siembra, regaremos el jardín varias veces para conseguir de esta forma que florezcan las malas hierbas que existan. A continuación las rociaremos con un herbicida para eliminarlas y continuaremos con el riego.
Debemos mover la tierra, alrededor de unos 20-30 cm de la superficie, una vez rota la tierra facilitamos la entrada de aire y humedad a la tierra. Nunca deberemos realizar esta acción con el terreno húmedo.
El drenaje es una parte fundamental en el éxito de la siembra, así evitaremos que se provoquen encharcamientos que dañarían al césped.
El riego subterráneo es la mejor manera de asegurarnos un buen riego, tanto en su intensidad y asiduidad, realizando el riego de una manera uniforme.
Una buena nivelación del suelo también es importante, evitando que se puedan crear montículos que evitarían una correcta siembra.
La semilla se realizará de manera homogénea.
A continuación, pasaremos un rastrillo para semienterrar la semilla y así evitaremos que hormigas o aves las devoren.
Para asegurar su correcta germinación se pasará un rulo para compactar la tierra con la semilla.
Por último, el riego se realizará de manera suave pero abundante los primeros días de la siembra.
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