Queremos que nuestro césped en primavera esté en perfecto estado para disfrutar, pero todo dependerá de los cuidados que haya tenido en los meses anteriores
Deseamos que nuestro jardín luzca un césped en primavera completamente verde, tupido, sin malas hierbas,… es decir perfecto todo él
Pero todavía en estos meses primaverales deberemos realizar algunas pequeñas tareas para conseguirlo y sobre todo mantenerlo durante todo el verano.
Una de las cosas que menos nos gusta de ver el césped es la aparición de malas hierbas, para evitarlo aplicaremos un tratamiento químico con anti-germinativo que evitará la aparición de estos hierbajos.
Si ya llegamos tarde, siempre podremos realizar un tratamiento químico post-emergente para eliminar las malas hierbas que aparecen en el césped en primavera.
Existen cultivos de césped natural en rollos o tepes, que nos garantizan un césped libre de malas hierbas y en cualquier época del año, listo para ser instalado.
Otro de los problemas que puede presentar el césped en primavera es la compactación del terreno.
El terreno puede compactarse por diversas causas como son un exceso de paso, sombra, exceso de humedad,… todas ellas implican un inadecuado crecimiento del césped en primavera.
Debemos valorar el deterioro del césped que ha sufrido debido a esta compactación del terreno, y pensar en su posible cambio total.
Para eso, la mejor opción es la instalación de rollos de césped natural o tepes que nos ofrece el mercado.
Los tepes son rollos de césped natural listos para ser instalados en nuestro jardín en tan sólo unas horas y realizado por nosotros mismos.
Antes deberemos eliminar esa compactación del terreno realizando tareas de aireación, para posteriormente colocar los tepes sobre el suelo, simplemente los desenrollaremos y con ayuda de un cuchillo afilado iremos recortando las partes que sobran.
De esta forma obtendremos una visión de nuestro jardín con un césped de un verde llamativo, tupido y de la mejor calidad.
También podremos optar a realizar la tarea de siembra tradicional, para ello deberemos elegir las semillas más acordes a nuestro clima y orientación del jardín. Debemos tener en cuenta que el crecimiento del césped conlleva mucho tiempo y sus resultados no son los esperados en muchos casos.
La tarea de fertilización del césped es muy importante, para ello deberemos realizar un calendario de abonos para asegurarnos que no se nos despista ninguno.
El abono debe contener nitrógeno, fósforo y potasio como sustancias principales, además de otras muchas que otorgarán al césped el color, la densidad y la fuerza que necesita para su correcto crecimiento y desarrollo.
Hay que tener mucho cuidado, ya que no por abonar de más conseguiremos mejores resultados, al revés, un exceso de abono puede ocasionar quemaduras en el césped.
Debemos evitar que en el césped se origine el Thatch o fieltro en el césped, se trata de una capa que se forma a base de raíces, tallos, hojas, estolones y rizomas entrelazados entre sí y junto con la parte aérea del césped terminan por dañarlo.
Esta fieltro en el césped que se produce ocasiona un consumo mayor de agua y de fertilizantes, para solucionarlo deberemos realizar tareas de escarificado y aireación en el terreno.
Una altura adecuada del corte es necesaria para un correcto crecimiento de él. Por norma general el corte debe ser de 1/3 de la altura de la planta.
La época del año en la que nos encontremos determinará la altura del corte, siendo en invierno y verano cuando debemos dejarlo un poco más largo para proteger las raíces tanto del frío como del calor extremos.
El riego es una parte fundamental en el crecimiento del césped en primavera, ya que con la llegada del buen tiempo y las temperaturas cada día más altas el césped va necesitando más agua día a día.
Siempre el riego se producirá sin encharcamientos, llegando a todos los rincones del jardín, para ello la mejor opción es el riego automático por aspersión, que podemos programar tanto su duración como el momento del día para regar.
También en el mercado existen aspersores con detectores de lluvia que se desconectan en el momento de percibir la lluvia, y así no mojar el césped demasiado.
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